miércoles, 8 de marzo de 2017

Ni el bueno es tan bueno, ni el malo tan malo.

  El otro día escuché una reflexión muy interesante que discurría sobre la naturaleza del Bien y el Mal, dentro de las historias que todos leemos, vemos o escuchamos. Decía, pues, que esta dicotomía de ser, o de actuar, se sustenta bajo unas fuerzas que ejercen atracción entre ellas. Me explico. El Bien no puede vivir sin el Mal, y viceversa. Después de clarificar mediante un símil reduccionista y abstracto, que dibujaba al villano de turno para representar al Mal y a las princesas o princesos para representar el Bien, lanzó la siguiente idea: 

  Imaginad un mundo, una historia, una situación, en la que eje de toda oscuridad venciera su guerra personal contra sus opositores, en este caso, la blancura celestial. Pensad por un instante, que éste llegara a cumplir sus objetivos más ansiados. Llegaría un punto en el que sería impensable ver al Mal actuar sin la presencia del Bien. La desmotivación por su parte sería tal, que no creo que ese día se levantará con ganas de ver arder el mundo. En definitiva, no se puede romper el equilibrio cósmico y vital que nos rodea, y por ende, estas dos rivalidades deben coexistir hasta el final de los tiempos.

  La conclusión final a la que llega, mediante esta reflexión que hoy os he propuesto, es que deberíamos ser constantes en nuestra lucha por el Bien y, sabiendo que nos embarcamos en una lucha sin cuartel y en una guerra infinita, debemos ganar todas las batallas en la contienda. No desfallecer por muy mal que vayan las cosas.

  Tras esta pequeña reflexión inspiradora de galletita de la suerte, os dejo la siguiente presentación donde hace una distinción, desde las bases filosóficas, entre el Bien y el Mal:



El bien y el mal de ARMS2011

  En este sentido, la educación y la escuela es gobernada por el Bien, o al menos es el objetivo de ésta. Pero, ¿os imagináis un mundo dónde haya una escuela para enseñar a hacer el Mal? ¿Y si las dos escuelas estuvieran dentro del mismo campus y compitieran entre sí? Os dejo el booktráiler de La Escuela del Bien y del Malescrito por Soman Chainani, que presenta esta posibilidad.



  Y, para terminar, os aconsejo que os leáis la saga de Canción de Hielo y Fuego de George R.R. Martin. Lo maravilloso de ese mundo fantástico es que, aunque todo parece presuponer que se trata de la típica disputa por el reinado de una región enfrentada por causas nobles y desafíos demoníacos, nada es lo que parece, nadie es imprescindible y, por supuesto, ni el bueno es tan bueno, ni el malo tan malo.




1 comentario:

  1. Una magnífica reflexión, completada con un referente actual. Creo que te perdiste la constelación de dragones. Seguro que te habría gustado. ¡Fuego y Sangre!

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