Era de esperar. Tantos años queriendo estirar las horas, los minutos y los segundos... que al final ha ocurrido. Se veía venir. Nos obsesionamos con rendir más, hacer más, aprovechar más, aprender más... que al final estamos viviendo menos. Ya es tarde.
En el año 2025, tras un acuerdo unánime de las distintas organizaciones mundiales a la propuesta China de convertir el tiempo en el nuevo método de pago de unidades de información (terabytes y gigabytes), todo el mundo tiene acceso libre a la red, a cambio de su tiempo.
Cada persona dispone de una cantidad de tiempo, que puede ir canjeando a cambio de unidades de información. Se trata de una medida, según dicen los científicos y políticos, "necesaria" y adaptada a los nuevos tiempos", ya que todos necesitamos infinidad de esas unidades para desenvolvernos en esta sociedad, como caminar, a través de esa dichosa aplicación llamada "MeWalk" que te va llevando por las aceras como si fueses un producto de supermercado en una cinta, para conseguir que los peatones puedan ir andando por la calle pegados a sus dispositivos móviles con total tranquilidad, sin preocuparse de si se estrellan contra una farola, una papelera u otra persona. Con lo fácil que hubiera sido simplemente hacer caso a las señales de aquellos maravillosos años 16...
Incluso para tirar la basura necesitamos unidades de información, haciendo "click" en la aplicación doméstica Cleanhouse para que revise,separe y recicle por ti.
En cuanto a la educación, se ha convertido en una de las fuentes principales de consumo de unidades de información. Ya no existe la escuela como tal. Ahora se denomina "sede", ya que los buscadores (el concepto de alumnos quedó olvidado por su significado pasivo) se van moviendo por las distintas bases de datos y fuentes de información dependiendo de lo que les interese, construyendo sus proyectos laborales desde bien pequeños y presentándolos en la sede de su ciudad.
Por su parte, los guías (antiguos profesores) se dedican a opinar y orientar los proyectos de los buscadores. Además, los recreos son virtuales a través de juegos on-line. El día se aprovecha al máximo entre los proyectos y la formación en idiomas, técnicas de uso de datos y más formación. Y el tiempo que sobra, se invierte en unidades de información. Por lo tanto, tenemos a priori un modelo eficaz.
Como dirían los sabios ministros de Educación del mundo "Lo hemos conseguido. Hemos elevado el rendimiento de los alumnos en un 280% con respecto a décadas anteriores. Hemos logrado exprimir las capacidades de los alumnos, preparándolos para trabajar en esta sociedad". Lo que no han sido capaces de ver es que de nada a servido para la calidad de vida realmente humana. Culpa nuestra. Debimos haber reaccionado cuando aún podíamos. Debimos ver que estábamos encaminados hacia una vida llena de estrés, productividad y ansiedad, y poca o ninguna felicidad. ¿Dónde quedaron aquello a lo que le decíamos "hobbies"?, ¿Dónde están las horas para uno mismo?, ¿Qué hay de las horas de juego libre de los niños?. Se fueron, y, desgraciadamente, no volverán.
En definitiva, la sociedad "sobreinformada" de hoy en día (20 de Marzo de 2030), ha permitido que la tecnología invada toda nuestra vida, sin distinguir lo verdaderamente útil de lo absolutamente innecesario. Hemos sido, a la vez, víctimas y asesinos de lo más preciado que tenemos, nuestro tiempo.
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Acompañando esta idea futurista dejo una gran reflexión de Dani Rovira en una de sus actuaciones. No tiene desperdicio.
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