Mi autobiografía
lectora
Cuando
era pequeño los domingos por la tarde mi padre solía leer comprarme cuentos del
kiosco después del paseo de la mañana. En casa, las tardes de los domingos él solía
leerme algún cuento para distraerme y pasarlo bien y juntos nos reíamos y yo
todavía me acuerdo cómo me sorprendía de las acciones de los personajes y cómo
lo miraba embobado. Todavía recuerdo con
qué cariño me los leía y cómo enfatizaba las frases para darles la entonación
adecuada. Entre estos cuentos estaban
los tradicionales que pienso a todos nos han contado como Pulgarcito y la Cenicienta.
El ver leer a mi padre y el
ambiente de lectura de mi casa, hizo que con el tiempo me animara a leer yo
también. Así, en mis ratos libres, sobre todo los fines de semana, solía
agarrar un libro para ojearlo. Tenía yo unos 8 años cuando ya empezaba a leer
cuentos populares o tradicionales como Caperucita Roja, Pulgarcito y disfrutar
de su lectura. Mi prima me regaló un libro sobre Dónde está wally. Ahí
comencé a darme cuenta de que no todos los libros de lectura han de ser como
los tradicionales.
Entre los dieciséis y dieciocho
años, mi tía me regalaba novelas de aventuras para distraerme en el verano. Me regaló una
muy bonita denominada Corsario, una
novela juvenil donde en un pueblo irlandés un joven adolescente es vendido en
una subasta. Este joven se encuentra ante un mundo donde la vida no valía nada
y sólo los más astutos triunfaban. La lectura de esta novela hizo que
posteriormente me interesara cada vez más por la literatura de tipo realista y
social.
La lectura de
Arroz y tartana de Vicente Blasco Ibáñez fue encantadora, pues
me enseño que el amor siempre es más importante que el poseer. Pienso que no
podemos conocernos bien a nosotros mismos si no conocemos bien las costumbres y
tradiciones de nuestros antepasados. Me encantaba la interesante caracterización de los
personajes, el pensar sobre los valores personales de cada personaje, su forma de vida, el contexto costumbrista tan bien tratado de aquella época.
En cuanto a poesía, empezó a
interesarme la de Pedro Salinas por su
ahondamiento en la realidad social en su obra Presagios, por la sencillez
de sus versos . También me encantaban
sus poemas de amor que los leía durante
mi adolescencia como Razón de amor.
Actualmente estoy interesado en
la poesía de niños y jóvenes como la
de José Emilio Pacheco con Gota de
lluvia y otros poemas para niños y jóvenes. El lenguaje de este escritor me
gusta porque es sencillo y no utiliza rebuscamientos que dificultan la lectura de sus versos.
También, en mis ratos libres me
gusta seguir leyendo novela realista y social de épocas pasadas como es el caso
de Pequeño teatro, de
Ana María Matute y la novela sobre los trabajadores urbanos en la España de
posguerra en Central eléctrica de
Jesús López Pacheco. Me interesan los temas relacionados con la vida económica
y social de la España de posguerra ya que es vital entender cómo pensaban, qué
circunstancias tenía la gente, cuáles eran sus valores y modos de actuar, para
poder entender el presente.
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