Aquel secreto
del abuelo lobón le trajo a la pobre garza mal pagada más de un disgusto, ¿cómo
se iba a imaginar ella que el tarado vegetariano del nieto del abuelo lobón
comiera castañas? Y lo que es peor, ¿quién iba a imaginarse que después de
salvarle la vida de un atragantamiento con una castaña, este le dijera en pocas
palabras “hasta luego cocodrilo”? En
fin, así es la vida y ahí comenzó mi
aventura con los libros.
Nunca supe por qué le tenía un amor tan grande a ese cuento, ni por
qué me convertí en la fan número uno de aquel lobo loco, lo que sí sé es que
por aquella época entonces, mi madre
pasaba el tiempo entre costuras y a mí
me encantaba descubrir libros como aquel, que guardaban secretos ocultos.
Tanto me marcó aquel lobo, que pasó el tiempo
y me convertí en alguien tan caótica y loca como él. Me convertí en una moderna de pueblo que paseaba por donde los árboles cantan y vivía con un fantasma que pagaba alquiler cuando le
apetecía.
Pero un día ocurrió algo divergente. Era la
hora de comer y me acerqué a la cocina para prepararme una sopa de ajo, sin embargo
me di cuenta de que sinsajo no se
puede hacer y ese día no estaba preparada para jugar otra vez a los juegos del hambre, así que decidí
pasarme por el Pollo Pepe, y fue
entonces cuando lo vi.
Había leído mucho sobre enamorados pero la verdad es que esos libros me provocaban pesadillas, sin embargo ese momento estaba
muy lejos de parecerse a aquellas novelas que leí durante mi pubertad. Me sentía
en llamas y pensé: “si tú me dices ven lo dejo todo, pero dime
ven”. Entonces, en lo que dura un parpadeo, una chica se cruzó en su camino
y le dio besos, besos. En ese momento
supe que nunca me diría ven, pese a que yo lo habría querido con locura, así es mi corazón.
Desde entonces me di cuenta de que a pesar de
aquellas pesadillas, leer novelas románticas me hacía sentirme viva, como ocurrió aquel
día. Ahora, todas las noches un monstruo
viene a verme y cuando no puede voy yo donde
viven los monstruos, aunque sé que algún día llegaré a estar a tres metros
sobre el cielo y podré saber a qué sabe la luna, porque si hay algo de lo que
estoy segura es de que soñando a través de una páginas podemos llegar a cualquier parte.
Enhorabuena Anael. Has conseguido entretejer una completa autobiografía entre álbumes ilustrados, novelas juveniles románticas y distopías del género YA. Hablaremos más de esto en clase. Me ha gustado mucho. Anímate a poner más etiquetas.
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